Con el "demanda, demanda, que se gana todo" de lo laboral, estamos vendidos

En cuanto intentes crecer y prosperar abrir nuevas sedes, oficinas o locales, de alguna forma irán fraguándose en esos pocos (pocos pero siempre se hacen oir siempre) animadversiones, odios, envidias, y todo tipo de bajezas humanas, propias de quienes carecen de toda nobleza moral, que aunque son una minoría, siempre parecen demasiados.

Llegados a ese punto, los conflictos laborales (abusos injustos de los sin-escrúpulos hacia ti y tu actividad) se harán algo cotidian en un porcentaje pequeño de la plantilla.


Los conflictos consistirán en:

■ Bajada del rendimiento dramática, descarada y desafiante. Quieren provocar una indemnización por despido improcedente. Y como esta es tan abultada, la legislación actual les incentiva fuertemente no a trabajar (que no olvidemos QUE SERÍA ¡LO NORMAL!), sino a buscar toda la picaresca posible para forzar ellos un despido a como dé lugar, cuando nunca fue tal la intención de la empresa.

■ Delegación superior e inferior de responsabilidades (Se dedican a esquivar toda responsabilidad, hacia subordinados y -peor- hacia sus superiores. Ellos son simplemente unos figurantes que "pasan por el centro de trabajo" unas horas, y pasan a cobrar religiosamente a fin de mes con obscena voracidad, como si saliera el premio de la tragaperras).

■ Pérdida casi total de productividad y, por tanto, pérdida de utilidad del supuesto trabajador, que pasa a convertirse ahora en un mero 'beneficiario' de una renta mensual proveniente de los ingresos de una actividad familiar o del trabajo de un emprendedor, sólo por hacer acto de presencia en la empresa.

■ Coge todas las enfermedades de cada temporada... y alguna más.

■ Cuando su compañero-compinche de auto-lavado-de-cerebro de trabajo (al que tiene contaminado e impregnado de su sentir y de su espíritu hacia el sitio) cae enfermo, éste también va detrás, por cualquier dolor por ejemplo. (Si se equivocan y te traen el parte médico del trabajador ves las chorradas: dolor de hombro, dolor de codo, dolor de espalda,... todas las "algias").

■ Finalmente, esa improductividad, ese enviciamiento de la conducta y todo eso, se les hace irrespirable incluso a ellos mismos, y pasan a una fase de mayor intensidad y urgencia: el desafío abierto a los superiores, hasta ir escalando posiciones hasta ti en persona, y con toda chulería y desparpajo "pues si no te gusta, échame". ¡Ay!, cuántas veces me habrán dicho esta frase, viéndoles venir al kilómetro, ya prevenido por sus responsables, y la dicen con total cinismo, fingiendo desinterés, pero estudiando absortos tu reacción.
Tú le dices que no le quieres pagar una indemnización por un despido que no ha lugar. Que si simplemente desea irse, que el proceso es causar baja, tú no necesitas reducir plantilla ni modificarla, y que mientras intente adaptarse y hacer profesionalmente su trabajo ayudando al de los demás y sin causar problemas.

Tu reacción anterior les acorrala. La empresa no les echa, pero a ellos quieren su indemnización. Han mostrado ya para ello incluso sus sucias cartas. Ya incluso se han hecho planes de qué se van a comprar con ese dinero cuando lo reciban. ¿Cómo renunciar a eso ahora?
Sólo no caen en un detalle... la empresa no está realizando ningún despido. Así que no ha lugar a ninguna indemnización por mucho que esa ley sindicalista prevea esa multa para oprimir a los emprendedores, empresas, PYMES y empleadores en general.
Pero encima es que se les han acabado sus medidas de coacción "legales" (o mejor dicho... indemostrables en Magistratura, más bien). Durarán muy poco tiempo en esta situación.

Será cuestión de días o semanas que causen: la famosa baja por depresión y ansiedad. Si no, por cualquier dolor de hombro. O empiezan con una gripe y empalman con la depresión, etc. Hay mil combinaciones. Los médicos de cabecera son muy condescendientes con estos sinvergüenzas, no os creáis. Además, cuando por mentir y actuar te dan 1000 euros al mes, os aseguro que los resultados sobre estos desgracias son increíbles. Mutan. Aparte de que hay personas con una habilidad innata muy elevada para este tipo de manipulación interpersonal.

Una vez de baja por depresión, suceden 2 cosas:
1) El tiempo es oro, porque la mutua presiona, el médico también hace algún comentario de que "no será eterno", etc. Es decir, esto acabará, y no quiero volver allí. Si me tienen que despedir, tiene que ser ahora. Es decir, TIENEN PRISA.
2) TIENEN 24hrs./día LIBRES para trabajarse sus demandas laborales, denuncias a la inspección de trabajo, etc. Se empollan la legislación laboral, se afilian al sindicato (¿cómo no?), buscan, rebuscan, hablan con unos, con otros,... y así pasan la temporada de baja por enfermedad que encima TÚ les estás pagando de tu bolsillo. Para más surrealismo la cosa.

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